La investigación incluye una explotación de datos cuantitativos (PMH, EM, EVR, PERE), abordando las recientes movilidades tras la crisis financiera de 2008 (emigración, inmigración, retorno, reemigración) y mostrando cómo más allá de un fenómeno “nuevo” estas movilidades están directamente en conexión con la construcción de campos sociales transnacionales a través de la emigración histórica española a Europa y América Latina, así como a tras el ciclo de inmigración en España (López de Lera, 2020).  Asimismo, el proyecto mide el impacto de la movilidad espacial sobre la movilidad social de la población migrante en términos ocupacionales (explotación de los datos de la EPA) (Carrasco, García-Serrano y Hernanz, 2020), sacando a la luz la existencia de una “asimilación segmentada”.

Por otra parte, la investigación aborda la problemática de la movilidad espacial y social, desde una perspectiva cualitativa, basándose en la técnica de la entrevista biográfica con emigrantes de origen español que salieron tras la crisis económica de 2008, así como con retornados, reemigrantes e inmigrantes. Se ha llevado a cabo trabajo de campo fundamentalmente en Londres, París y Shangai (Cortés, Moncó y Barbosa, 2020; Oso, 2020, Saíz, 2017), realizando entrevistas con diversas comunidades de inmigrantes en España (principalmente de origen ecuatoriano, brasileño, colombiano y chino) e incluyendo entrevistas biográficas (presenciales y virtuales) con miembros de las familias transnacionales, en algunos países de origen (Cortés y Oso, 2017; Domínguez y Suárez-Grimalt, en prensa; Masdeu, 2020).

La investigación saca a la luz cómo las estrategias de movilidad espacial de las familias forman parte de una estrategia global de movilidad social, que pasa por la inmovilidad de alguno de sus miembros, estando cruzadas por el orden de género, así como por las dinámicas intergeneracionales (diversas generaciones dentro de la familia y en el campo migratorio). Frente a una mirada finalista y fija de la movilidad (social y espacial), la propuesta de las “movilidades cruzadas” adopta una perspectiva teórico-metodológica que entiende la migración como un proceso que integra y envuelve a sujetos con diferentes proyectos, posiciones, recursos y capitales (humanos, físicos, financieros, sociales) que les llevan a desarrollar estrategias, que desembocan en trayectorias diversas de movilidad social y espacial, en el marco de las dinámicas productivas y reproductivas de los hogares transnacionales, del peso de los determinantes estructurales y los desafíos de la globalización (Oso, Saíz y Cortés, 2017; Oso y Suárez-Grimalt, 2017, 2018).